Amado Jesús, sufro la soledad y siento que ya no puedo hacerle frente a la vida. El mundo se ha vuelto una simple rutina, causándome frustración. Muéstrame otro camino...
Señor Jesús, en el día de hoy vengo humildemente ante tu presencia a pedirte que cubras mi cuerpo, mente y alma con tu Preciosa Sangre y me protejas de todo mal...
Oración para cuando te sientas solo
Querido Dios, Tú eres juez justo, santo y verdadero. Tú eres el Dios de las Alturas, nos has dado la vida y tienes todo el poder...
Oración en contra del Coronavirus
Oración para sanar un corazón roto
Jesús, en la mañana de este nuevo día quiero implorar tu presencia. Hoy te necesito más que nunca. Tú que eres mi Señor, mi Dios y mi Rey, ven y ayúdame...
Escúchame cuando te invoco, Dios, defensor mío;
tú que en el aprieto me diste anchura,
ten piedad de mí y escucha mi oración.
Y vosotros, ¿hasta cuándo ultrajaréis mi honor,
amaréis la falsedad y buscaréis el engaño? (salmo 4)
Señor Jesús, en el silencio de este nuevo amanecer vengo a implorarte que tengas compasión de mí. Te reconozco como mi Padre y mi salvador. Si estoy contigo, no necesito nada más. Tu poder, tu amor y tu misericordia me acompañan siempre y principalmente en los momentos de tribulación, enfermedad, pena y dolor.
Padre amado, hoy la angustia que me asalta y por ello, acudo a ti fuente de toda santidad, ayuda y amor, para que me restablezcas, para que el sentido de la alegría y de vivir vuelva a mí, independientemente de las enfermedades, penas, tristezas, soledades y deslealtades que me ha tocado vivir.
Tú eres señor la plenitud, el gozo la salvación, la sanación y la solución a todos los problemas: pasados, presentes y futuros. Ayúdame en la sanación de mis males, de mis tragedias y de mis problemas. Sé que por puro amor, piedad y misericordia tuya, seré liberado de los profundos dolores que me causan aquellas situaciones. Solamente tú puedes hacerlo, te entrego señor en este momento, todos mis pecados, todas mis aflicciones, todos mis malos pensamientos, todos mis problemas, todas mis tragedias, mis afanes, mis preocupaciones y mis angustias, porque me he encomendado a ti, he puesto en tus manos y en tu gran poder, mi destino, mi futuro, mi suerte mi vida toda, pongo mi confianza en ti con todas las fuerzas de mi corazón y de mi espíritu.
Amén.
Padre amado, Hoy dedico mi día a alabarte, porque eres Santo, sólo tú Señor, solo tú altísimo, Jesucristo...
Señor Jesús. Hoy me encuentro postrado a tus pies, siento mucho desanimo en mi vida, me siento como una tierra sin frutos. Pero sé, Señor, que tú me amas...